Con la despedida del sol y el cielo de tono gris oscuro como testigo, la Escuela Superior Politécnica del Litoral (ESPO) celebró el logro de sus 1.410 nuevos profesionales. A las 16:00, la trigésima sexta Incorporación Colectiva arrancaba el final de una jornada y el comienzo de un nuevo capítulo, especialmente para los 313 ingenieros de la Facultad de Ingeniería en Electricidad y Computación (FIEC) con la toma de foto su oficial.
El ir y venir de la gente luciendo vestimenta elegante, y otros, luciendo su toga, esclavina, birrete y la infaltable borla, cargaba el ambiente del Campus Gustavo Galindo de emociones.
Los sueños académicos culminaban con éxito y el futuro prometedor iniciaba y quedaba grabada con cada fotografía y video de los celulares, pero sobre todo en los corazones de todos los presentes.
Cada paso hacia el escenario, cada nombre pronunciado, era el eco de noches de estudio y sacrificios compartidos con la familia y amigos. Con lágrimas y sonrisas, la comunidad politécnica celebraba no solo la culminación de una etapa, sino el inicio de grandes historias.
La ceremonia, impregnada de orgullo destacó a los 31 mejores estudiantes de las ocho facultades de la ESPOL. Entre ellos, los más importantes para la FIEC: Carlos Humberto Meneses Murillo recibió la medalla de plata y un diploma de honor por su excepcional desempeño como estudiante de Computación.
Mientras que a los otros diplomas de honor se sumaron: Marlon Sierra Arriaga (Electricidad), Melanie Avilés Espinosa (Electrónica y Automatización), Francheska Iñiguez Herrera (Telemática) y Nelson Hidalgo Hidalgo (Telecomunicaciones). Para la mayoría fue un reconocimiento sorpresa, pero un premio al esfuerzo incansable y a la dedicación total.
La emoción alcanzó su punto alto cuando los graduados recibieron las insignias de la ESPOL, un símbolo del ADN politécnico, colocadas cuidadosamente en sus estolas por sus familiares. Este acto despertó abrazos eternos, besos en la frente y más felicitaciones. A la par se consolidó el sentido de pertenencia y orgullo que caracteriza a la comunidad politécnica.
Nelson Hidalgo, quien se encontraba entre los destacados de Telecomunicaciones, expresó su asombro y satisfacción al recibir el diploma de honor. "Me parece muy gratificante que se reconozca el esfuerzo que se hizo en todos los años de estudios", dijo, con la voz llena de emoción. Sus cuatro años y medio en la ESPOL no solo le brindaron una sólida formación académica, sino también la oportunidad de iniciar su carrera profesional en Huawei, una empresa que lo ha acogido, desde hace un año, con los brazos abiertos desde su pasantía. A sus 23 años, Nelson mira hacia el futuro con nuevas metas y aspiraciones de realizar una maestría.
Por su parte, Melanie Avilés, también de 23 años y graduada de Electrónica y Automatización, recibió su diploma de honor con un corazón agradecido y emocionado.
"El esfuerzo fue recompensado, mis padres eran los más emocionados. Yo solo agradezco a Dios, a mi familia y a mis compañeros de carrera. Aunque el esfuerzo fue complicado y pesado, al final las cosas salen bien", expresó con una sonrisa, recordando los momentos difíciles y la satisfacción de haberlos superado.
Juramento y buenos augurios
En las canchas de Tecnología de la ESPOL, el ambiente se llenó de buenos augurios y felicitaciones, tanto de familiares y amigos como de las autoridades, quienes no dudaron en reconocer el arduo trabajo y la dedicación de estos nuevos profesionales.
Cecilia Paredes, rectora de la ESPOL, felicitó a todos los graduados e hizo énfasis en la necesidad de que mantengan su preparación continua, su conexión con su alma mater, y su sentido de la responsabilidad. “Sean líderes éticos, comprometidos con la justicia y la equidad; trabajen por un futuro más justo y sostenible”.
Mientras que la vicerrectora de docencia, Paola Romero, fue quien tomó el juramento a los graduados, la noche del 20 de julio.
La ceremonia de graduación fue un testimonio de la dedicación y el esfuerzo de cada estudiante. La comunidad de FIEC y la ESPOL celebra estos logros con orgullo, sabiendo que sus jóvenes profesionales llevarán el espíritu politécnico a cada rincón de su futura trayectoria.